¿Cómo cambiar el rol del Supervisor Tradicional al de Facilitador Efectivo?
Si entendemos como Facilitador a aquella persona que tiene bajo su cargo a otra persona o a un grupo de personas y que como parte de su rol diariamente las “lidera, escucha, entrena, guía, asesora y evalúa su desempeño” y no se dedica a supervisarlas, hostigarlas, enjuiciarlas y a inspirarles miedo, – independientemente del título del puesto que ostenta, podremos distinguir como primer paso, si está ejerciendo o no las responsabilidades de un Facilitador.
Sin embargo, antes de adentrarnos en el análisis de dichas finalidades, será necesario que aceptemos que las empresas están conformadas por personas, que ellas son quienes laboran en los diferentes departamentos, las operan, implementan nuevas tecnologías, se preocupan por que sean rentables, porque den utilidades y por supuesto que un pequeño grupo de personas, son quienes las dirigen.
Las empresas no se manejan solas, no dan resultados por sí mismas y la importancia de sus áreas o divisiones no está en función del nombre o responsabilidad, sino que son las personas quienes les dan valor y peso por sus resultados.
Luego entonces, para comprender el rol de un Facilitador en una empresa, deberemos entender a éste como persona.
Las personas, al realizar una actividad laboral desempeñan distintos papeles; por una parte el de empleado y por la otra el de patrón o empleador. Cuando se es empleado, se puede o no tener gente a su cargo.
Cuando se es patrón o empleador, – siempre y cuando no sea en una empresa virtual – se tendrá personal a su cargo ya sea en una compañía multinacional, mediana o micro empresa, sea propia o no.
Es un hecho que todas las personas tendrán o perseguirán diferentes intereses.
Mientras que los empleados estarán preocupados por tener estabilidad en el empleo, un salario justo, mejores prestaciones, crecimiento o desarrollo profesional, mayores retos y un buen trato, los empleadores o patrones se enfocarán a tener éxito en el negocio, lograr la rentabilidad a corto plazo, impulsar y hacer crecer la marca, el producto o el servicio, lograr mayor penetración en el mercado y por supuesto, obtener mejores utilidades lo más pronto posible.
Como hemos podido observar, los intereses de ambas partes posiblemente vayan por caminos distintos…
Asimismo, las personas desempeñarán en el transcurso de su vida laboral otros roles también diferentes, por ejemplo; los empleados llegarán a ser coordinadores, supervisores, jefes, gerentes y hasta directores.
Los empleadores, podrán llegar a ser socios, accionistas o hasta dueños absolutos pero sus intereses seguirán siendo diferentes a los de sus colaboradores.
A su vez, las personas al tener distintos valores y motivadores, al pertenecer a diferentes generaciones, se conducirán de acuerdo a sus propias convicciones por lo que si no le dedicamos un tiempo para conocerlos, nunca sabremos por qué ellas actúan de tal o cual manera en la práctica laboral.
Lo que si es real, es que cada persona se conducirá en la empresa con base a sus experiencias, percepciones, emociones, temperamento, actitudes y carácter. Pero rara vez se cuestionarán si estas características de su personalidad son las más adecuadas o si están siendo generadoras de algún conflicto en la relación interpersonal, por lo que seguramente no realizarán ajustes a su forma de pensar, actuar o de ser.
Sabemos que en muchas ocasiones por las cargas de trabajo, los inmediatos superiores se olvidan de que están tratando con otras personas en la operación y se centran tanto en sus propios intereses, metas y objetivos que pierden de vista los intereses y necesidades de sus subalternos. De ahí que comienzan a surgir los conflictos.
Es por ello que para lograr un cambio positivo y desempeñar el rol de un Facilitador Efectivo, primero que nada la persona deberá centrarse en conocerse a sí misma, descubrir cuáles son sus valores, sus motivadores, sus intereses y sus necesidades para posteriormente, poder conocer y entender las de su gente. ¡Es todo un proceso!
Pero, ¿Cómo se puede lograr esto?
Es muy fácil…
Como respuesta a una necesidad que prevalece en el mercado Mexicano de trabajo, hemos diseñado para ustedes una metodología teórica –vivencial para que, durante 16 horas de entrenamiento, el participante pueda auto evaluarse e identificar cuáles son las creencias y mitos acerca de cómo son las personas, qué desean de sus puestos de trabajo y del trato que esperan tener por parte de su superior inmediato.
En dicha auto evaluación, podrán además identificar cuáles son sus valores y motivadores personales y corroborar si tienen habilidades de comunicación y liderazgo. Conocerán sus áreas de oportunidad personal y si son aptos para desempeñar el rol de un Facilitador Efectivo. Todo bajo un mismo hilo conductor.
Les daremos a conocer las principales teorías de las necesidades humanas y de los impulsos motivacionales, así como las diferencias entre los conceptos de autoridad, poder y liderazgo para evitar que los confundan en la práctica laboral o los utilicen a su propia conveniencia.
Los guiaremos a través de un ejercicio práctico para que valoren la toma de decisiones considerando las variables del dinero, los problemas interpersonales, la ventaja personal, la operación y a las personas, para que se sensibilicen sobre el impacto y el valor de cada variable y tomen las mejores decisiones sin perder de vista la orientación a los resultados.
En cuanto a los estilos de liderazgo, revisaremos los más comunes a fin de que analicen dentro del repertorio cuáles son los que más usan o bien abusan, para que corrijan su actuación y dependiendo del grupo de personas a las que lideran ejerzan un estilo apropiado. Revisaremos juntos un modelo óptimo de liderazgo basado en resultados.
Analizaremos cuál debiera ser el Rol del Facilitador Efectivo para eliminar de su actuación las prácticas añejas del supervisor tradicional y que el participante pueda identificar que otras herramientas administrativas o instrumentos del comportamiento humano y laborales debiera conocer y dominar para conducirse con mayor efectividad en su rol de Facilitador, logre la satisfacción en su equipo de trabajo y por ende mejoren la productividad.
Para apoyar todo este esfuerzo de formación y cerrar el ciclo de aprendizaje, realizaremos un ejercicio de Role Playing y dramatización que, además de tocar los puntos anteriores, pretende que el participante sepa cómo conducirse ante un colaborador con desempeño mediocre a fin de que tome una decisión importante; o trabaja con él para que mejore su desempeño o bien le rescinde su contrato de manera digna. Si toma ésta última decisión, deberá saber afrontar las consecuencias que ésta implica tanto para él como para la empresa.
Al finalizar el taller, el participante deberá elaborar un Plan de Mejora Personal Integral a efecto de inspirar confianza y entusiasmo en su equipo de trabajo a corto plazo.
Como podrán observar, este taller también es formativo y con valor agregado, no se concreta a ser un curso meramente informativo.
Por ello confirmamos, que con este aprendizaje además de actualizarse, podrán tener las bases para formar Facilitadores Efectivos que aseguren en sus áreas de responsabilidad, un clima laboral sano y productivo en todo momento.
Esperamos su pronto contacto para impartirlo en su organización al reunir a siete personas como mínimo, o bien de manera abierta siempre y cuando tengamos el cupo de un grupo lleno.
Equipo de Relaciones Laborales y Asociados